San Vicente de Paúl

HISTORIA

San Vicente de Paúl. Nació Tamarite de Litera 1576 o 1581 Pedro Coste en París. Vicente de Paúl nació en una pequeña casa rural en las afueras de la aldea de Pouy (que, desde el siglo XIX, se llama Saint-Vincent-de-Paúl en su honor), a unos cinco kilómetros de la ciudad.

Era el tercero de seis hermanos.

En 1617 fundó «las Caridades» (más tarde conocidas como Damas de la Caridad y ahora llamadas AIC, Asociación Internacional de Caridades).

Éstas se extendieron rápidamente por toda Francia y luego por el mundo,
llegando a contar hoy con más de 260.000 miembros.

En 1625, fundó la Congregación de la Misión. Ejerció como Superior General de la Congregación hasta su muerte.

En 1633, junto con Luisa de Marillac, fundó la Compañía de las Hijas de la Caridad. Con Luisa a su lado, actuó como Superior General.

Es una de las figuras más representativas del catolicismo en la Francia del siglo XVII. Murió en París el año 1660. Una de sus frases más representativas es «los pobres son nuestros amos y señores».

La Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP)

Es una organización caritativa católica laica dirigida por voluntarios, creada en París en 1833 por un grupo de laicos católicos.

Su objetivo es ayudar a los pobres para aliviar su sufrimiento y fomentar su dignidad e integridad humana. Está fundamentada en el evangelio de Mateo 25. Hace hoy 185 años de fundada.

Misión

La misión de la Sociedad de San Vicente de Paúl es evangelizar a hombres y mujeres a través de la creación de una red de caridad, que ofrece apoyo a nivel material y espiritual.

La SSVP busca que tanto los asistidos, como también los benefactores, voluntarios y los trabajadores de esta organización se acerquen al amor de Dios, dándoles a conocer el Evangelio, y haciéndolos de este modo mejores hombres y mujeres.

Los principios que sustentan a la SSVP son:

REZAR JUNTOS: En las Conferencias se lee el Evangelio y se vive el deseo de actuar para profundizar en la fe, de donde nace la alegría de estar dispuesto a servir a otros. Ese otro que es hermano mío.

AMIGOS PARA AMAR: En la diversidad de sus Conferencias, la SVP permite a cada uno estar a la escucha del otro, atento a sus necesidades y a sus esperanzas.

EMPRENDER UNA OBRA DE CARIDAD: La Sociedad es agente de progreso y busca construir un mundo nuevo donde el más débil pueda encontrar su lugar. Compartir no significa sólo estar dispuesto a dar de lo que sobra, sino compartir nuestro tiempo, dedicación y también nuestros bienes con un hermano que sufre. Como en los orígenes, ‘hacer circular una bolsa pequeña en la que cada uno vacía su bolsillo’, antes de ir a pedir a los que nos pueden ayudar, para que nuestro don sea ante todo una ofrenda personal a favor del otro.

FEDERICO OZANAM

Nacido en Milán el 23 de abril de 1813, Federico Ozanam fue una extraordinaria figura del laicado católico. Desde niño aprendió a respetar a las personas más necesitadas.

Su principal modelo fue la viva caridad de su padre, Jean-Antoine Ozanam, quien como médico asistió gratuitamente a muchas personas de escaso recurso; y la bondad y sencillez cristiana de su madre, Marie Nantas, quien con otro grupo de señoras dedicaban tiempo a la sección San Pedro de la Sociedad de Veladoras (La veilleuse), cuya misión era auxiliar a las personas en necesidad que estaban enfermas.

En 1831 llegó a París para estudiar leyes. Ozanam se encontró con una sociedad sometida a intensas tensiones, que aún no se recuperaba de la revolución francesa, las guerras napoleónicas y el fracaso de la restauración borbónica. La Sorbona, Universidad donde estudió, es uno de los focos de descristianización de Francia. Federico sufre al contemplar esta situación.

Pero al mismo tiempo, profundizando con dedicación en el conocimiento de la fe. «La frialdad de París congela mi sangre… su corrupción paraliza mi espíritu», escribe en esos años. Muy pronto su liderazgo se deja sentir en la Sorbona, al punto que pudo escribir a su familia: «Cada vez que un profesor alza su voz contra la fe, se levantan muchas voces católicas en protesta por ello».

Nace la Sociedad de San Vicente de Paúl

Ozanam se vincula con algunos compañeros de Universidad y con un profesor de filosofía y publicista católico, . Emmanuel Bailly, quien dirigía el Periódico La Tribuna Católica será su guía así como Sor Rosalie Rendu, Hija de la Caridad, su consejera quienes dan origen en 1832 a las Conferencias. Utilizando a San Vicente de Paúl como Patrón. Éstas personas constituyeron un ámbito de apostolado intelectual.

El objetivo de sus primeros fundadores era, en principio, profundizar en su vida cristiana. Estas inquietudes las expresa Federico Ozanam afirmando que «quisiera formar una reunión de amigos que trabajaran juntos en el edificio de la ciencia bajo el pensamiento católico».

Los Fundadores fueron:

  • Antonio Federico Ozanam (1813-1853)
  • Emmanuel Bailly (1794-1861)
  • Auguste Le Tallendier (1811-1886)
  • François Lallier (1814-1887)
  • Paul Lamache (1810-1892)
  • Félix Clavé (1811-1853)
  • Jules Devaux (1811-1881)

A través de esta obra, Ozanam busca vincular en una relación personal a todo aquel que estuviese necesitado y así aportarles alguna ayuda y apoyo humano y cristiano.

Este joven forma primera Conferencia a la edad de 20 años y sus compañeros contaban con unos 19 años, da sus pasos iniciales con la ayuda de la Hija de la Caridad, Sor Rosalía Rendú, una mujer conocida en la época por su acción caritativa. Sor Rosalía les puso en contacto con las situaciones de pobreza del París de finales del XIX y animó y ayudó a Las Conferencias en su crecimiento.

Las Bases del nuevo Pensamiento Social

Desde el principio, las Conferencias se pusieron bajo el patrocinio de San Vicente de Paúl. La caridad era el eje fundamental de la Sociedad, aunque las Conferencias mantuvieron siempre una especial atención a la formación y el enriquecimiento de la fe de los socios.

Por ello Ozanam afirma que «queremos que esta Sociedad de caridad no sea ni un partido ni una escuela ni una cofradía, sino que sea profundamente laica y sin dejar de ser totalmente católica».

Federico Ozanam Sentó las bases del nuevo pensamiento social defendiendo la justicia en las relaciones laborales y humanas, condenando la esclavitud y rechazando las enormes diferencias entre ricos y pobres. Su obra tendió a sustituir la limosna por la justicia social.

Dedicó su vida a estudiar la llamada cuestión social, teniendo claro que debía completarse con la caridad y que la caridad, a su vez, tenía que completar lo que la justicia por sí sola no podía lograr. Sus actividades marcaron profundamente la historia de la doctrina social cristiana.

Muerte de Ozanam

El 8 de septiembre de 1853, Ozanam muere en Marsella, después de pasar por una dolorosa enfermedad. Murió muy joven, pero 162 años más tarde siguen vivos sus planteamientos sociales y su testimonio evangélico. Su vida se puede resumir en tres palabras:

Oración, Trabajo y Entrega.

Tres conceptos permanentes en la concepción del cristianismo que Ozanam supo vivir y transmitir.

El viernes 22 de agosto de 1997, en el marco de las duodécimas Jornadas Mundiales de la Juventud, en la catedral de Nuestra Señora de París, Juan Pablo II beatifica a Federico Ozanam. Su fiesta se celebra el 9 de septiembre.